El sábado trajo mucha gente desde primera hora, pero las inclemencias meteorológicas hicieron que muchos abandonaran el municipio hacia el mediodía
Las calles amanecieron secas, por vez primera ni se sabe desde hace cuanto tiempo, pero sólo fue un espejismo. Las predicciones acertaron de lleno y convirtieron Santa Lucía en una feria con paraguas a partir de media mañana.
El sábado trajo mucha gente desde primera hora, pero hacia el mediodía fueron muchos los que tomaron camino a la estación de Renfe, principal medio de transporte en Santa Lucía. No obstante, el tráfico rodado sigue teniendo su presencia. Hacia las nueve de la mañana se produjeron retenciones en la entrada al municipio y al mediodía aconteció otro tanto en la carretera general con motivo de la salida.
Otra de las leyendas urbanas de Santa Lucía tiene que ver con los carteristas. En dependencias municipales ayer se cursaron siete denuncias a este respecto y fueron ocho las carteras devueltas en las inspección de la Casa Consistorial.
Comparativamente hablando se ha registrado un descenso en las denuncias por actuación de carteristas. El pasado año se cursaron trece.
Inclemencias meteorológicas al margen, la fería sigue demostrando que es un evento cotrastado. Ambos municipios entrelazan sus calles y plazas en un circuito racional. Y lo mismo hacen con programaciones solapadas caso del herri kirolak o la pelota.
En lo que a la plaza de Euskadi se refiere, sede de la final de arrastre de piedra, cabe decir que los baserritarras de los contornos desafiaron al mal tiempo y presenciaron una prueba que tuvo por ganador a Paulo Aranberri, del caserío Urzabaleta. La segunda plaza fue para Egoitz Armaolea, de Balentiña jatetxea. Y en tercer lugar se clasificaron los bueyes de Inixio Izagirre (Ipeñarrieta)
Los partidos de pelota previstos para hoy en el Beloki, se retrasan al viernes.
DV - 14.12.08 - IÑAKI URTEAGA| ZUMARRAGA.
