2008-12-14

Los otros protagonistas de la feria

El ganado es el gran protagonista de la feria de Santa Lucía, pero ayer tuvo que compartir estrellato con unos jóvenes. Éstos tampoco llevaban ropa... en el calendario que pusieron a la venta

Los jóvenes posan con su calendario.

ZUMARRAGA y Urretxu acogieron ayer la tradicional feria de Santa Lucía. Como todos los años el ganado caballar ha sido el gran protagonista, aunque esta vez han sido otros que también se han exhibido desnudos los que más comentarios han levantado entre la gente: los alumnos de 5º curso de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Estos jóvenes, entre los que se encuentran los urretxuarras Asier Auzmendi y Jon Ander Elgarresta, han publicado un calendario. Los universitarios posan sin ropa, practicando deportes rurales. Su profesora Estibaliz Romaratezabala es integrante de la sociedad fotográfica Ikatza de Legazpi y han sido los miembros de este grupo los que han sacado las fotografías que ilustran la publicación.

Las imágenes se captaron a mediados de noviembre en la estación de ferrocarril de Zumarraga y en los caseríos Igartubeiti de Ezkio-Itsaso y Gurrutxagaazpikoa de Zumarraga. Xabier Zaldua, de este último caserío, les cedió las herramientas necesarias. Los universitarios posaron con piedras, layas, hachas, guadañas, sierras, fardos de paja, bueyes, ovejas... Incluso escenificaron una romería en el jardín.

Todos los que han participado en el proyecto han hecho un gran trabajo y el calendario se puso a la venta ayer mismo. Alrededor del puesto se congregó mucha gente durante toda la mañana. Al mediodía los almanaques estuvieron a la venta en el frontón Ederrena, donde tuvieron lugar una exhibición de corte de troncos y otra de levantamiento de piedra.

Deporte rural. Vestidos y desnudos

Los espectadores vieron con buenos ojos que los jóvenes posaran practicando deportes rurales sin ropa y hubo alguno que incluso propuso organizar un festival con deportistas desnudos para relanzar las disciplinas autóctonas. No es de extrañar que la publicación tuviera éxito: la gente está acostumbrada a encontrar en la feria artículos de lo más variopintos, pero ésta ha sido la primera vez que se ha podido ver sin ropa también a los humanos.

Fueron cuatro los jóvenes encargados de vender los calendarios: los dos urretxuarras antes mencionados, la hernaniarra Amaia Alberdi y la abadiñoarra Jasone Munitxa. Acudieron vestidos de baserritarras, pues la mañana no estaba para exhibiciones. "Hablamos acerca de venir desnudos, pero estamos en diciembre y hubiese sido temerario", comentaron en bromas. "No nos da vergüenza que nos vean sin ropa en las fotos", añadieron.

Elgarresta no tuvo que escuchar comentarios sobre su cuerpo, pues no participó en la sesión fotográfica. "No fue porque no me atreviera, sino porque aquel día tenía comida con los del equipo de fútbol", comentó.

Sus familiares fueron de los primeros en acercarse al puesto. A su abuela, Kontxi Aranaga, le gustó mucho la publicación. "Están todos muy guapos en las fotos. ¡No digo nada más porque está mi marido delante!", comentó con humor. Le hubiese gustado que su nieto también hubiera posado. "Lástima que no aparezca", indicó apenada.

Compró un ejemplar y enseguida le buscó ubicación. "Quitaré el Cristo que tiene mi hijo encima de la cama y pondré el calendario", bromeó. Compradores y vendedores hicieron gala de su buen humor. "Como podéis ver la gente que entiende de ganado no ha ido adonde están los caballos, sino que ha venido a nuestro puesto", añadió Asier Auzmendi, recordando que en la familia de Jon Ander Elgarresta hay carniceros.

Auzmendi era el encargado de atraer a los clientes y convencerles para que compraran. Lo hacía tan bien como los que llevan toda la vida de feria en feria. Consiguió hacer sombra al vendedor de turrones, un verdadero ídolo para algunos. "En el calendario aparece incluso un pelotari profesional, es el azpeitiarra de la empresa Garfe Oier Agirrezabalaga. También hay una jugadora de la Real: Ainhoa Mateos. ¿Veis ese culo pequeño y blanco? ¡Es el mío!".

Algunos clientes pidieron a los jóvenes que les firmaran los calendarios y él incluso se atrevió a escribir dedicatorias. Para alegrar las noches tristes , se podía leer en una. Los almanaques sirvieron también para calentar un poquito el ambiente en un día frío y lluvioso

NOTICIAS DE GIPUZKOA - 14/12/08